En plena temporada otoñal, el mundo se prepara para la llegada del solsticio de invierno en el mes de diciembre, el cual comienza el sábado 21 de diciembre a las 21:47 horas del Hemisferio Norte. Es el día más corto del año y también la noche más larga.
A partir del 21 de diciembre los días comienzan a hacerse más cortos, anochece más temprano y las temperaturas cambian por la temporada invernal.
Este año el invierno termina el 20 de marzo del 2025 fecha en la que se pronostica en inicio de la primavera.
Durante esta temporada invernal desciende la radiación solar, así como las temperaturas dependiendo del lugar puede ser más fresco y cálido, o más frío dependiendo la ciudad o el país en la que se habite.
Según los antiguos griegos, el otoño y el invierno forman parte de los meses de reconcentración, cargados de un alto sentido espiritual. Llega el fin de año y con él, la cosecha de los frutos de lo realizado a lo largo del año, inicia la preparación para la llegada de la primavera considerada el tiempo de fecundidad y abundancia.
La palabra solsticio, derivada del latín, significa “sol quieto”, y ocurre cuando la inclinación del sol llega a su ángulo más extremo.
El equinoccio marca el inicio del otoño y de la primavera, mientras que el solsticio da comienzo al invierno y al verano.
Históricamente el solsticio de invierno ha representado un renacer para la humanidad, una espiritualidad asociada con el “el triunfo de la luz sobre las sombras”, el “fin de los días largos” así como otras interpretaciones que le otorgan a la luz símbolo de evolución, fortaleza y divinidad.
Diversas culturas utilizaban el solsticio invernal como referente para el renacer de la luz solar era un denominador común en estas celebraciones.
Al día de hoy, el solsticio de invierno se celebra en varios lugares del mundo para renovar energías y purificar el espíritu, encender velas, meditar, reflexionar y pedir deseos para el inicio del nuevo año.
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