La Organización Mundial de la Salud (OMS), ha anunciado que ha excluido de su lista la transexualidad como una enfermedad mental y ha incluido a la “adicción a los videojuegos” como una enfermedad mental dentro de su clasificación oficial de trastornos.
Con esta decisión se evita dar justificaciones a quienes intentan curar o tratar la transexualidad, lo que supone una agresión para las personas de esta condición y es causa de discriminación y violencia.
“En un mundo de 7.400 millones de personas que hablan 7.000 idiomas, el ICD (código internacional de enfermedades) ofrece una definición común para registrar, informar y monitorizar”, indicó la organización.
Por lo que deja de ser considerada una enfermedad mental “porque no hay evidencias de que una persona con un desorden de identidad de género deba tener automáticamente al mismo tiempo un desorden mental, aunque suceda muy a menudo que vaya acompañado de ansiedad o depresión”.
Además, “si a las personas con un desorden de identidad de género se las identifica automáticamente como alguien con un desorden mental, en muchos países se les estigmatiza y puede que se les reduzca las oportunidades de buscar ayuda”, explicó el director del departamento de Salud Mental y Abuso de Substancias de la OMS, Shekhar Saxena.
Mientras que para la “adicción a los videojuegos”. “Incluimos el desorden de jugar de forma adictiva tras analizar las pocas evidencias que tenemos y tras escuchar a un Comité Científico que sugirió que este nuevo fenómeno se incluyera como una enfermedad que puede y debe ser tratada”, resaltó Saxena.
Saxena especificó que el hecho de jugar a un videojuego no es nocivo por sí mismo, igual que no lo es ingerir alcohol, por lo que el problema es cuando el consumo es abusivo y cambia el comportamiento de la persona que lo ejerce, por eso se ha incluido en el apartado de uso de sustancias perniciosas y otros comportamientos adictivos.
“Si el niño, adolescente o adulto que juega lo hace sin parar y deja de salir con sus amigos, deja de hacer actividades con sus padres, se aisla, no estudia, no duerme y solo quiere jugar, eso son signos de alerta de que podría tener un comportamiento adictivo y que tiene que buscar ayuda”, señaló Saxena.
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