Considerada la lluvia de estrellas más antigua conocida, con registros astronómicos del evento que datan hace más de dos mil años, las Líridas tienen lugar cada año entre el 16 y el 28 de abril.
Estos meteoros radian de la constelación de Lira (de donde obtienen su nombre), situada cerca de la estrella Vega, una de las más brillantes de la bóveda celeste durante esta época del año.
La lluvia de estrellas se producen porque la Tierra atraviesa cada año distintos restos de partículas de polvo que dejan diferentes cometas, atrayendo hacia sí misma estos restos debido a la fuerza de gravedad.
No hay que olvidar que una estrella fugaz es algo del tamaño de un grano de arroz entrando en nuestra atmósfera a una velocidad aproximada de unos 170, 000 km/h. Viene tan rápido que el propio roce con el aire hace que se caliente tanto como para desintegrarse, emitiendo un destello luminoso muy característico.
Cada año, a finales de abril, la Tierra cruza la trayectoria orbital del cometa, por lo que polvo, piezas y escombros del cuerpo celeste bombardean nuestra atmósfera a una velocidad de 117,000km/h, iluminando el cielo nocturno.
El 5 de abril la Luna entrara en su fase nueva, con un cielo oscuro es ideal para la observación astronómica. Seis días más tarde, Mercurio será visible antes del amanecer, produciendo un fenómeno muy interesante.
Cuenta la antigua Grecia que al morir Orfeo –– hijo de Apolo y de la musa, Calíope –– Zeus, aventó su lira al río. Acto seguido, ordenó que una águila la recogiera para subirla al firmamento para que sus hazañas quedaran inmortalizadas junto a las estrellas.
Aunque el momento de auge será el 22 y 23 de abril. Si estás interesado en ver este espectáculo celeste, se recomienda hacerlo el dia 22, horas previas al amanecer, pues será este día cuando alcance su punto más álgido las Líridas.
Es recomendable elegir un lugar oscuro, apartado de luces artificiales, para observar mejor y disfrutar las estrellas.
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