Una de las propuesta cinematográficas de este inicio de año es “Oscuras Primaveras” una película que pone a reflexionar a la sociedad respecto a las consecuencias que puede tener en la vida de dos personas tener una relación prohibida.
Es la historia de Pina (Irene Azuela) e Igor (José María Yazpik) dos personajes que trabajan en el mismo edificio y que se encuentran en un momento complicado de sus vidas. El casado con una relación de 10 años y ella madre soltera con un hijo pequeño. Ambos se ven inmiscuidos en una relación erótica que por un lado les provoca deseo y por el otro culpa y dolor.
En entrevista radiofónica con Irene Azuela nos narra la experiencia que fue rodar este personaje, sobretodo la gran dificultad de lidiar con el personaje de su hijo, un pequeño de muy corta edad que le exige toda su atención, “incluso hasta un grado de egoísmo por parte del niño quien no le permite desviar su atención hacia ningún otro tipo de relación posible.”
Se trata de un niño que quiere a su madre pero a la vez le exige mucho, al grado de incluso de la perversión de querer acaparar toda la atención de ella, mientras se cuestiona ¿en dónde esta quedando él? en la medida que la relación de su madre avanza con la pareja. “Un niño que ama a su madre y a la vez le exige muchisismas cosas.”
Se trata también de retratar la dificultad de la maternidad, “una maternidad incomoda que le dificulta la relación con su hijo, no sabe como hacerlo, no sabe como comunicarse con él y a veces hasta le estorba.”
Irene nos narra como la película versa sobre “una relación compleja, que mezcla, la culpa, la frustración y el placer.” Ella vive con mucha culpa y a la vez va creciendo el enojo de no poder llevar a cabo esa relación y darle el espacio que a ella le gustaría. Durante la cinta el personaje se pregunta “¿quién es ella además de ser la mamá del pequeño Lorenzo?”
En cuanto a la parte de la realización Irene nos cuenta la diferencia que encuentra entre un desnudo artístico y uno que no lo es.
La diferencia es la manera en la que el actor lo tome, a fin de cuentas lo importante es que los actores trabajan precisamente para exhibirse: “A veces interpretas una mujer violenta, otras veces interpretas a una mujer que está muy en contacto con su cuerpo, de pronto tienes que interpretar a una mujer que se enamora fácilmente. En este caso, para entrar en contacto con el personaje es precisamente el hecho de que se desnuda” lo que considera un acto precioso “un acto de intimidad muy bonito.”
La historia tiene un sentido y un punto de llegada.
Las escenas de acercamiento fueron muy cuidadas. “Las escenas no tenían que ser románticas, no se trata de escenas de dos personas que se quieren sino más bien a dos personas que se desean, por lo que había que apelar al salvajismo.”
Su director Ernesto Contreras logra llevar a los personajes a un estado de reflexión, duda, dolor y al mismo tiempo genera en el espectador la reflexión sobre si ¿es válido o no vivir ese tipo de situaciones?, ¿hasta dónde es justo lastimar a terceras personas?, ¿cómo encontrar el límite para evitar herir o ser herido?
La película que cuenta también con la actuación de Cecilia Suárez entre los actores principales, ya esta en cartelera, bajo la premisa: “Ni al amor es más fuerte que el instinto” ¿tú lo crees?…
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