No es una casualidad de la Primera Dama de los Estados Unidos sea tan admirada en el mundo. Se trata de una mujer que esta dispuesta a todo y ha vivido de todo.
Michelle Obama es una inteligente y preparada abogada egresada de la Universidad de Harvard, una de las más prestigiadas el planeta. Criada en un barrio humilde de Chicago a las orillas de una Universidad en donde los afroamericanos compañeros de ella en su niñez, difícilmente podían pensar en entrar en aquellos días en los que Michelle vivía en un apartamento al lado de su familia. La Primera Dama narra en su libro: “Life” como fue su vida desde pequeña. En sus propias palabras, narra como todas las respuestas que busca las encuentra en su casa, “en ese pequeño apartamento en el que vivió con sus padres y en el que su padre trabajo tan duro”.
Su padre Fraiser Robinson tenía esclerosis y su madre trabajaba como secretaria para poder solventar los gastos de sus dos hijos. La familia Robinson siempre estuvo estrechamente involucrada en las decisiones de sus hijos. Impulsándolos para que no dejarán pasar ninguna oportunidad que pudiera presentárseles en el camino.
La vida de Michelle aunque austera siempre estuvo rodeada de cariño.
La hoy esposa del Presidente Obama decidió estudiar y prepararse, su mayor cualidad fue que nunca perdió el piso durante su trayecto de Chicago a La Casa Blanca. Siempre atenta a analizar como podrían cambiar las cosas si llegaban a la Presidencia de los Estados Unidos. Lo tenía claro, podían llegar a dirigir la nación más poderosa del mundo y seguir adelante con su proyecto familiar.”
La Primera Dama apostó por realizar proyectos de asistencia a veteranos, impulsar el ejercicio, y luchar contra la obesidad infantil en su país que es uno de los problemas más asiduos a los que se enfrenta la niñez. Siempre involucrada en ayudar a la comunidad desde su trinchera, expresando su descontento con los problemas de desigualdad en el país. Haciendo hincapie en la injusticia que se vive en ciertos rubros.
Durante años los jóvenes estudiantes de derecho, Michelle y Barack trabajaron de la mano en el buffet en donde hicieron sus primeras prácticas profesionales, se conocieron hace 25 años. En el año de 1989, el estudiante de Derecho, Barack Obama, conoció a la joven abogada y tutora, Michelle Robinson. Semanas después de conocerse, decidieron verse fuera de la oficina en una primera cita de película, Do the Right Thing, de Spike Lee, después visitaron el prestigioso Art Institute de Chicago.
Desde entonces no dejaron de frecuentarse. Crecieron juntos y lucharon por sacar a flote sus dos hijas: Malia y Natasha, mientras se abrían un hueco en el mundo laboral tan competido en los Estados Unidos.
Mientras crecían profesionalmente Michelle se mantenía equilibrada y ecuánime según cuentan algunos de sus biógrafos.
El mundo la mira y la admira. Baila canta, se mueve y se muestra alegre y sencilla. Es simpática y madura. Por eso y por su capacidad de dirigir al país más influyente del mundo entre otros, son algunos de los muchos motivos por los cuales la gente quiere a la Primera Dama Norteamericana.
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