El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), informó que especialistas del proyecto “Gran Acuífero Maya” (GAM), a través de su línea de estudio Chichén Itzá Subterráneo, redescubrieron “la cueva del dios jaguar”, Balamkú.
Este santuario se ubica a 2.7 kilómetros al este de la Pirámide de “El Castillo” o “Templo de Kukulcán”, y fue hallado hace más de 50 años, exactamente en 1966 por ejidatarios de la comunidad San Felipe: Eleuterio, Mariano y Esteban Mazón; Ermilo, Jacinto y Pascual Un Noh.
Se trata de un gran hallazgo porque simbolizaba la entrada a lugares místicos relacionados con el agua, el útero del mundo maya.Aunque la cueva permaneció intacta todas estas décadas, ya que el arqueólogo Víctor Segovia Pinto, quien en ese entonces recibió el reporte del sitio, consideró tapiar la entrada de la cueva poco después de su hallazgo.
En el hallazgo, también se contó con la participación en conjunto de la National Geographic Society y la Universidad Estatal de California, en Los Ángeles.
Los primeros estudios, indican que los incensarios encontrados pueden tratarse del tipo Tláloc, así como los braseros, vasijas, cajetes, malacates y metates miniatura que forman parte de siete ofrendas de la cueva.
Además se cree que los objetos podrían corresponder, a los periodos Clásico Tardío (700-800 d.C.) y Clásico Terminal (800-1000 d.C.), época en donde la Península de Yucatán, sufrió una sequía, por lo que sus pobladores realizaban peticiones de lluvia al inframundo, ya que creían que hay residían las deidades de la fertilidad.
Los especialistas precisaron que la primera fase de la exploración, se incluirá la creación de un modelo en 3D de la cueva, y hasta el momento el santuario subterráneo, ha sido recorrido en alrededor de 450 metros, lo que equivaldría a una tercera parte de su extensión.
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