El Duque de Edimburgo, esposo de la Reina Isabell II, murió este viernes a los 99 años, informó el Palacio de Buckingham en un comunicado. “Con profundo pesar, la Reina anuncia la muerte de su amado esposo, Su Alteza Real el Príncipe Felipe, Duque de Edimburgo. Su Alteza Real falleció pacíficamente esta mañana en el Castillo de Windsor.”
Nacido en la isla griega de Corfú como príncipe Felipe de Grecia y Dinamarca tras la unión de sus padres, el príncipe Andrés de Grecia y Dinamarca y de la Princesa Alicia de Battenberg, pasó revista por última vez a las tropas de la Real Marina británica -en la que sirvió durante la Segunda Guerra Mundial- en agosto del 2017, en el que fuera el acto que puso fin a sus compromisos oficiales, tras haber tomado la decisión de retirarse en mayo de ese mismo año. La primera vez que representó a la Monarquía fue el 2 de marzo de 1948, cuando asistió a un combate de boxeo en el Royal Albert Hall de Londres.
El Duque de Edimburgo fue ingresado en el hospital el martes 16 de febrero por la noche, aunque su estado no revestía gravedad y de hecho entró por su propio pie al centro hospitalario tras desplazarse hasta él en coche. “Su Alteza Real el Duque de Edimburgo fue admitido en el hospital King Edward VII en Londres, el martes por la noche”, según la comunicación oficial, que añadía que “la admisión del Duque es una medida de precaución, por consejo del médico de Su Alteza Real, después de sentirse mal”. Posteriormente, fue sometido a una cirugía cardíaca y dado de alta el 16 de marzo.
Casado 73 años con la Reina Isabel, murió en paz y las banderas ya ondean a media asta y a partir del anuncio inicia un período de duelo nacional que durará hasta el funeral. Y aunque como esposo de la Soberana tiene derecho a un funeral de Estado, él mismo pidió tener uno privado de estilo militar en la Capilla de San Jorge (Castillo de Windsor) y ser enterrado en Frogmore Gardens.
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