Juchitán su pueblo natal ha perdido a su más ilustre volador de papalotes, el famoso pintor Francisco Toledo quien perdió la vida está semana.
Retratista, escultor, narrador de fábulas, zapoteco, fundador de escuelas, defensor de la naturaleza murió a los 79 años de edad. Contemporáneo a otros artistas como Carlos Monsiváis, quien lo describía entre “lo primitivo y lo civilizado, lo moderno y lo vanguardista.”
Artista que utilizaba diversas técnicas pictóricas, desde el óleo, la tinta, los goaches, el aguafuerte, la escultura, así como materiales naturales, que hicieron de su trabajo una verdadera obra artística.
Su máximo legado lo dejó en Oaxaca en donde fundó varios proyectos de gran relevancia para su estado.
Mixólogo de lo mexicano con lo universal. Nacido en 1940 estudio en la Escuela de Bellas Artes del Estado de Oaxaca, y posteriormente se convirtió en litógrafo por la Escuela de Diseño y Artesanías del INBA.
Sus obras ofrecen una gran riqueza artística y humana.
Residió en París en donde también incursionó en técnicas vanguardistas, aunque no perteneció a ninguna escuela francesa, impuso un estilo propio, en el que buscó ser auténtico y original.
Creador e inquieto, defendió a lo largo de su vida numerosas causas sociales hasta su muerte.
Su activismo, lo llevó a ser un gran artista apoyando causas justas para los indígenas y los más desfavorecidos.
Jugaba a volar papalotes, y retrató el rostro de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa que hoy se exhiben en el Museo Nacional de las Culturas Populares.
Estuvo casado con Trine Ellitsgaard, padre de cinco hijos, y posteriormente compañero de la poeta Elisa Ramírez Castañeda hasta su muerte.
Inspirador y artista generoso, deja un importante legado a todos los mexicanos a través de sus obras.
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