En helicópteros artillados, personal de la Fuerza Aérea Mexicana y el Cuerpo de Reacción Inmediata del Ejército no da tregua a huachicoleros. Día y noche sobrevuelan sobre 11 ductos de Pemex con la misión de detectar a las organizaciones delictivas para robar combustible.
Una inédita estrategia que se está llevando a cabo en el país, en donde soldados enfrentan el robo de combustible desde el aire y con ello acabar con el problema de desabasto de gasolina en el país.
Aeronaves UH-60 y MI-17 despegaron de la base aérea de Santa Lucía en el Estado de México, equipadas con ametralladoras y con militares de escuadrones 303 y 107 de la Fuerza Aérea Mexicana, así como de fuerzas especiales para escudriñar el terreno.
Los vuelos son emprendido dos para patrullar el área y recorrer 372 millas náuticas en una de las tres principales rutas del huachicoleo, de Tula, Salamanca, Santa Lucía.
El objetivo de llevar a cabo esta estrategia es detectar los ductos que pudieran ser vulnerables y transmitir las coordenadas para que puedan mandar equipo especializado a la zona.
Mientras los helicópteros se elevan y son patrullados por otros escuadrones y miembros de las fuerzas especiales.
Las aeronaves sobrevuelan los cielos del estado de México, Hidalgo, Querétaro, y Guanajuato, y hacen una escala técnica para después emprender el regreso por la misma ruta.
Pilotos, copilotos e ingenieros de carga y de vuelo, así como artilleros y miembros del Cuerpo de Reacción Inmediata están presentes en los operativos.
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