Este lunes Donald Trump ha presentado en el estado de Ohio, lo que sería su política de seguridad en caso de llegar a la Presidencia de los Estados Unidos, el cual esta basado en tres pilares fundamentales en los cuales se regiría la seguridad en su país.
Partió de la base de que el extremismo islámico es muy peligroso, por lo que propone reemplazar el enfoque que se tiene hoy en día sobre la inmigración y en cambio, construir naciones y alianzas que fortalezcan el “orgullo estadounidense”.
Su discurso lo inicio hablando sobre el daño y la expansión que han tenido los grupas radicales en el mundo, específicamente EI quienes aseguró que antes sólo se ubicaba en 7 naciones y hoy en día ya está operativo en 18 países, ante lo que achacó al Presidente Barack Obama y a la ex Secretaria de Estado Hillary Clinton como responsables de llevar por mal camino la política exterior de los Estados Unidos y por lo tanto ahí están los resultados.
Según Trump la manera de erradicar a estos grupos es recortarle por completo los recursos para terminar con el reclutamiento que llevan a cabo.
Por lo que plateó que, de llegar a la Presidencia sería “sumamente duro, incluso extremo para evitar que personas con ideologías extremistas pudieran filtrarse a su país.” Por lo que propuso llevar a cabo un examen que evite que personas que tengan ideas extremistas o peligrosas no puedan acceder a los Estados Unidos, ya que desde su punto de vista hay hoy en día suficientes raíces para permitir que se introduzcan personas con ideas violentas la Unión Americana.
Así el examen, por absurdo que parezca, se le implementaría a quienes apoyan la radicalización, y con ello se buscaría identificar de manera inmediata si alguna persona que entra a los Estados Unidos pudiera ser dañino para la nación. Incluso, dijo, que un primer paso para evitar esta situación sería dejar de emitir visas a los países más violentos del mundo para evitar que siga creciendo el terrorismo. Una especie de Guerra Fría en contra del extremismo.
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