La contraposición del “Fast Food” es el concepto gastronómico “Slow Food” un movimiento que combina la gastronomía y la ecología y que en pocos años ha logrado cobrar gran influencia y prestigio en el mundo. Con el objetivo de defender la agricultura ecológica sostenible.
Se trata además de un movimiento de un estilo de vida, que invita a las personas a degustar, saborear, conocer, disfrutar los sabores apetitosos de la comida. Un placer para quienes gozan de los placeres sensuales de la gastronomía. Sus sabores, sus olores y sus texturas. El goce prolongado de los alimentos es un deleite. La propuesta de este movimiento es re descubrir los aromas y la riqueza de la cocina local. Utilizando los productos naturales que se dan en cada una de las regiones del planeta, haciendo conciencia del valor del medio ambiente.
Este año se llevará a cabo la Exposición Universal de Slow Food en la Ciudad de Milán, en Italia. Una expo dedicada a reflexionar y debatir sobre la industria alimentaria y generar una amplio debate sobre el futuro del planeta.
Foto: “Slow Food” Queretana/ Notimex.
El movimiento, “Slow Food” nació a principios del año 2000 con su fundador Carlo Petrini, quien ha desarrollado un concepto muy rico en esta materia “Alimentar al planeta, energía para la vida.” El movimiento incluye expertos en agricultura, pescadores, ganaderos, de todo el mundo. Italianos, africanos, latinoamericanos, todo aquel que ame la gastronomía y la ecología puede formar parte de este movimiento global.
Uno de los lugares en donde más se ha cultivado y crecido este concepto en México es en el bajío queretano. El bajío es una gran región cultural que va desde la ciudad de Aguascalientes al Norte, pasa por Lagos de Moreno (altos de Jalisco), León, Irapuato, Salamanca, Celaya, Querétaro y San Juan del Río.
La propuesta culinaria esta basada en el deleite de los sabores, y por ello se ha convertido hoy en una tendencia de vanguardia. Mientras que los Estadounidenses apostaron hace más de dos décadas por implementar la comida rápida para priorizar la productividad, la “Slow Food” prioriza el deleite, el disfrute y el goce. Además de generar una cultura sustentable que garantiza un mejor porvenir para la humanidad
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