“Si no puedes cambiar tu destino, cambia tu actitud” Amy Tan.
Las relaciones humanas son fuente de felicidad sin duda vivir acompañado y rodeado de cariño es algo magnífico, pero también pueden serlo de sufrimiento. Todo depende del cuidado, dedicación y ahínco con el que decidas llevar a cabo tus relaciones.
¿Te has puesto a pensar cuál es el secreto que hace que una relación entre dos personas prospere?
Sin duda, el ego suele ser el obstáculo número uno para entablar una relación de largo plazo. Cuando una persona esta absolutamente ensimismada, pensando única y exclusivamente en sí misma, es prácticamente imposible alimentar una relación con “el otro.” Cuando la prioridad es uno mismo, no hay manera de establecer vínculos fuertes y sólidos.
Para generar un vínculo con otras personas la clave está en: pensar en los demás. Escuchar. Conocer sus inquietudes, sus sueños, sus proyectos, sus planes y dedicarles tiempo.
Suena sencillo, pero a veces es más complejo de lo que parece. En medio de la vorágine, cuesta trabajo enfocarse en los demás. Hay para quienes al estar frente a otra persona, es cuestión de estar “de cuerpo presente”, pero su mente esta en otro sitio, pensando en el pasado o proyectando el futuro. Esto impide que la comunicación entre dos personas sea eficiente. Al estar ausente mentalmente, se pierde la oportunidad de un encuentro real con el otro. Lo que podría ser un momento especial, se convierte en un encuentro ordinario sin profundidad, un momento común, sin nada nuevo, ni especial. Nada más frustrante que tener la oportunidad de fortalecer un vinculo y no hacerlo.
Si deseas tener relaciones duraderas y fortalecer lazos con otras personas de tu entorno, Pon atención en lo que ocurre en el momento presente. En el preciso instante de la interlocución.
Cada encuentro con una persona puede ser la oportunidad de convertirlo en una experiencia única e inolvidable. Dale sentido a tus relaciones interpersonales. De amistad, de trabajo, familiares, afectivas, emocionales. Haz que la persona que esta frente a ti, recuerde con afecto el momento, por la calidad de tu conversación, por el cuidado, el interés y la inteligencia con la que te desenvuelves.
Recuerda que, apreciar a los demás se convierte en una actividad que saca lo mejor de las personas.
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