¿Quieren ustedes conocer una ciudad realmente medieval? No lo piensen: Estrasburgo, la capital de Alsacia, en Francia. Y digo en Francia, pues formalmente es una ciudad francesa. No obstante, Estrasburgo ha sido conquistada varias veces en la historia por los alemanes, habida cuenta que se encuentra justo en la frontera entre las dos grandes potencias de la Europa Continental.
Es por eso que Estrasburgo esta llena de historia y es, en realidad una ciudad muy alemana, con un especial “Saveur française.”
Ahora, no piensen que es una pequeña localidad ¡No! . Es una gran ciudad de poco más del millón de habitantes en su completa mancha urbana. Es uno de los primeros puertos en importancia del Río Rhin, la principal ciudad de la frontera entre Francia y Alemania y además, es una ciudad que simboliza la reconciliación entre ambas potencias europeas.
Es ese el motivo por el cual Estrasburgo es la sede de numerosas instituciones europeas como el Parlamento Europeo, el Consejo de Europa, o el Tribunal Europeo.
Su barrio europeo o “Quartier européen” es moderno, con edificios inteligentes y dignos de instituciones supranacionales.
Pero para conocer la esencia de Estrasburgo, vámonos en bicicleta (si, en bicicleta, más de 400 km de ciclo pistas que interconectan la ciudad) y crucemos el río hacia la “Gran Isla.”
¿La gran Isla?
¡Así es! El Centro Histórico de Estrasburgo se le llama la Grande Île, porque en efecto, es una Isla, rodeada por afluentes del Río Rhin. Se accede a través de grandes puentes y entras a una ciudad medieval preciosa, de empedrados y callejones. Esta es hoy Patrimonio de la Humanidad, declarada así por UNESCO desde 1988.
En medio del Centro Histórico se levanta, majestuosa, la Catedral de Estrasburgo. Para mi es la Catedral más hermosa del universo. Aunque hay quien dice que Notre Dame (París) que es más grande, otros les gusta otras. En el terreno de los datos duros, es la cuarta más alta del mundo.
En el terreno de los gustos , para mi es la más bella, con su famoso Reloj Astronómico inmenso y su estilo gótico inigualable.
Dejemos la bici ahí y caminemos por sus callejuelas hasta encontrarnos con un alguno de los cientos de bistros que hay en el centro y degustemos una famosa y popular “tarte flambée”, platillo que se preparaba en los hogares durante las guerras, en donde en una tarta echaban lo que tenían: cebolla, restos de pasta, tocino, queso, crema, lo que tuvieran y la horneaban a la leña o al carbón, y el resultado era una especie de pizza deliciosa, que se sirve en cualquier bistro.
O bien vayamos a un restaurante para degustar el platillo alsaciano por excelencia : el Choucroute. Es un platillo muy alemán, hecho a base de col en salmuera, y acompañándolo con embutidos de cerdo , como las clásicas salchichas alemanas Bratwurst .
Desde luego, acompañarlo con algunas de las cervezas o vinos típicos de la región.
La cerveza la elaboran desde su fundación como ciudad, y el vino que más me gusta de esa región es el Pinot Noir. Típico en Strasbourg.
Para una completa degustación de sus extraordinarios vinos y cervezas Hay que acudir a los los “Winstubs” (Casas de Vino) o los Beerstubs (Casas de Cerveza). Los encuentran en cualquier sitio, desde el centro, hasta la Petit France, o el Quartier Allemand.
Estrasburgo, una gran experiencia Gourmet.
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