Para los amantes de la comida italiana, es un básico in-dis-pensable , que hoy está en la dieta de todo mundo: La Pasta.
La pasta es, en realidad, una masa de harina con agua, sal y huevo. Punto.
El chiste es que tipo de pasta y con que lo mezclemos, para que tengamos uno de los platillos más extraordinarios que Italia ha aportado al mundo.
Las referencias a la pasta en la historia datan desde Roma, cuando maceraban los cereales al máximo y hacían una masa con ello y agua.
Cualquier añadido hacia las funciones de la salsa o base actual, y teníamos un alimento completo , nutritivo y sobre todo, barato y practico, para paliar la época de las vacas flacas, o bien, alimentar un ejército en campaña.
Hoy en día tenemos máquinas para hacer todo tipo de pasta y elaborar salsas o bases de el ingrediente que se les pase a ocurrir. No hay límites, es lo que amo de la gastronomía Italiana.
Hay una enorme variedad de pastas, entre las que destacan:
El bien conocido spaguetti,
el linguine,
el Pappardelle (la aplastadita)
El Vermicelli
El Fettuccine
El Capelli di Angelo (la más delgada, cocción inmediata)
Los macarroni (clásica de las tubulares, cortas)
Rigatoni
Fussilli,
Las pastas rellenas como
Los Gnoccis ( rellena de papa, o patata dulce (camote)
Agnolloti,
Raviolli,
Tortellini.
Las bases de la pasta pueden ser de lo que la imaginación culinaria te dé.
Mis clásicas favoritas son:
Pommodoro – La más clásica, con tomate.
Frutti di mare (la mejor de todas para mí, nutritiva y llenadora)
Están las de los sabores inigualables como al Pesto, (Albahaca, aceite de oliva) carbonara (clásica del sur italiano, con fiambre)
Y todas, con el mejor vino que os puedo recomendar: Un Chianti Clásico.
También puede ser el que les guste, pero una paste NO debe comerse si su respectivo vino ¿Se imaginan una con agua de sandía? Nooooo.
El vino es fundamental. Quien no haga eso, merece, al menos, una prisión preventiva. He dicho.
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