Pintoresca desde su llegada, la localidad de Ketchikan se autodenomina “la capital mundial del salmón.”
Es una de las localidades más carismáticas de Alaska, con una población de unos ocho mil habitantes, y un aspecto de la época de oro de los Estados Unidos. Entramos en barco, paseamos por sus bosques, se pueden divisar de repente los enormes osos grizzly y las hermosas, majestuosas Águilas cabeza blanca, símbolo de la Unión Americana.
La economía de esta preciosa ciudad se basa en el turismo y la pesca. Y como no iba a ser así. Es, como ellos mismos se definen, la Capital Mundial del Salmón.
Después de años de nadar en los mares, los salmones pueden viajar cientos de kilómetros para regresar al río en donde nacieron, y depositar ahí sus huevecillos.
De enorme fortaleza y voluntad, nadan a contracorriente de los helados ríos y pedregosas cascadas hasta cumplir su ciclo, lo cual es un espectáculo de la naturaleza. En el camino pueden ser presa de algún oso negro o algún águila cabeza blanca.
En Ketchikan se encuentran enormes criaderos de salmón, los cuales se puede visitar, y degustar su exquisita carne.
El Salmón es un verdadero tesoro nutricional.
Es fuente inagotable de ácidos grasos, pletórico de omega 3, que contribuye a mantener saludable al corazón, cerebro, y articulaciones.Es también fruto de la más alta calidad de proteínas, vitaminas y minerales, incluyendo potasio, selenio y vitamina B12.
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