Si hay un reto que pocos logran es llegar a la punta del Everest la montaña más alta del mundo que mide 8,848 metros sobre el nivel del mar. Ubicada en el Himalaya, en el continente asiático.
En Nepal es llamada Sagarmatha que significa: “la frente del cielo.” Y en China es conocida como “la madre del universo” por sus dimensiones y por su imponente belleza.
Karla Wheelock la alpinista mexicana reconocida como la primera mujer iberoamericana que conquisto la cima, platicó con nosotros en una entrevista en las que nos narró sus sentimientos frente a la meta de conquistar la montaña más alta del mundo: “es una sensación increíble, saber que cualquier cosa es posible.”
Lo primero que se planteó fueron metas sencillas, luego montañas mas grandes que conquistar. Una tras otra, lenta pero consistentemente le permitió llegar a la idea de escalar la montaña más alta del mundo.
Escaló el Aconcagua en América, el Kilimanjaro en África, el Monte Mc Kinsley en América, el Monte Kosciuzko en Oceanía, el Monte Elbrus en Europa y finalmente el Monte Everest en Asia.
Poco a poco se dio cuenta de que tenía frente a ella un gran sueño que cumplir, y lo logró el 27 de mayo de 1999.
Ante el desafío Karla nos contó como se sentía en el trayecto: “principalmente hay que trabajar en la parte externa, mucho entrenamiento, pero también en la parte interna, se requiere trabajar en el autoconocimiento ese es uno de los factores más importantes.”
Y es que en el camino vas fortaleciendo muchos aspectos, trabajas con un equipo de montañismo y desarrollas muchas habilidades. “Llegar a la meta no es un lugar para quedarse, sino un motor que te pone en marcha.”
Con respecto a el hecho de ser mujer y lograr este reto Karla con mucha seguridad nos comentó que la ventaja de ser mujer para lograr este tipo de hazañas, “es que las mujeres tenemos más adaptación, y eso ayuda mucho”, aunque no considera que deban existir diferencias entre hombres y mujeres, ya que ambos desarrollan distintas habilidades.
Si bien es cierto que es difícil subir y llegar, también lo es estar ahí y tener que bajar. Para Karla, la parte más difícil de llegar a la cima es bajar, “es en donde suceden muchos accidentes” nos dijo, hay que trabajar mucho en ello y darle un sentido.
Actualmente Karla sigue escalando montañas pero también esta dedicada a su Fundación en donde ha podido vertir gran parte de sus conocimientos de su experiencia y hacer algo por otras personas.
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