1. Aumenta la intensidad. Cuando se trata de quemar grasas, tiene más que ver con la intensidad que con la distancia. En vez de quedarse con la corrida larga, lenta y sostenida, agrega algunos intervalos de intensidad al ejercicio: corre a tu ritmo normal por 60 segundos, luego aumenta la intensidad por 30 segundos. El nivel de intensidad que deseas alcanzar es cuando te quedas sin aliento, pero aun siendo capaz de mantener la intensidad por esos 30 segundos. Repite durante 25 minutos o por el tiempo que tu estado físico lo permita. Los estudios han demostrado que los intervalos de alta intensidad quemarán más grasa incluso después del ejercicio.
2. ¡A los cerros y colinas!: Si estás acostumbrado a correr en suelo plano, dirígete hacia los cerros para quemar más calorías. Por cada grado de inclinación, obtienes cerca de un 10% de aumento en la cantidad de calorías quemadas, entonces una colina suave quemará un 50% más calorías. Corre cerro arriba en alta intensidad por 10 a 30 segundos, baja y tomate 30 a 60 segundos de descanso. Repite de 4 a 12 veces según puedas. Si estás en el gimnasio, fija la trotadora en jun 5% de inclinación para la corrida, y luego fíjala en su posición normal para “bajar”. Esto no solo te ayudara a quemar más grasa, sino que también estarás ejercitando tu trasero.
3. Corre escaleras arriba: entonces, has corrido por las colinas, y ahora ¿buscas un nuevo desafío? Quizás es momento para subir las escaleras. Correr por las escaleras es uno de los ejercicios quemagrasas más completos que puedes hacer. Muy simple: corre escaleras arriba y luego baja lentamente para recuperarte. Obviamente necesitas ser muy cuidadoso cuando hagas este ejercicio. Si pensaste que correr cerro arriba es difícil, ¡este ejercicio te dejará molido! Es aún más efectivo para los glúteos.
4. Comienza con fuerza: la fuerza y resistencia te otorgan mayor musculatura y, debido a que el músculo quema la grasa incluso cuando estas descansando, mientras más musculo tengas más grasa quemas en el descanso. Así es, en realidad aumentas tu metabolismo, y no solo eso, si pasas alrededor de 20 minutos haciendo ejercicios de fuerza, utilizaras tus reservas de glicógeno (la energía de los carbohidratos) lo que significa que cuando a la las pesas le sigues con una corrida, estarás quemando la grasa. Un dato: apégate a los ejercicios compuestos con pesas y haz repeticiones lentas. Los ejercicios compuestos utilizan más músculos que las máquinas y se ha demostrado que las repeticiones lentas aumentan la fuerza en un 50%.
5. Ponle variedad: ¿recuerdas cuan fácil el cuerpo se adapta al ejercicio? La clave para quemar grasas es variar y la mejor manera es agregar a la rutina una variedad de ejercicios. Entonces, si has estado ejercitándote con intervalos de alta intensidad, lánzate en una corrida más larga a una intensidad menor una vez por semana. Si estás siguiendo un programa de entrenamiento de fuerza, entonces varía en los ejercicios, las repeticiones y la intensidad. Incluso puedes intentar diferentes protocolos de alta intensidad. La idea es evitar que tu cuerpo se adapte, así que agrega algo nuevo cada unas cuantas semanas y experimenta lo que te sirve.
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