Si quieres iniciar el día con energía y realizar carreras de resistencia, es indispensable llevar a cabo sesiones de trote una o dos veces por semana; el trote puede ser ligero o en caso de haber llevado un entrenamiento largo puedes realizar un “trote de recuperación” previo a una carrera de muchos kilómetros.
Este es indispensables para que los músculos se suavicen y se regeneren los tejidos, por ello se le llama “trote regenerativo o de recuperación.”
Después de llevar a cabo un entrenamiento duro como el que se ha realizado para poder correr una distancia de 42.195 K es indispensable darle al cuerpo tiempo de descanso y poder recuperarse de las sesiones intensas, cuya finalidad es prepararlo para realizar el próximo desafío.
Hacerlo de la manera correcta puede preparar a un corredor a para relajarse, ayudándolo a mejorar en cuanto a velocidad y resistencia en carreras largas.
El trote de recuperación debe de ser ejecutado de manera muy suave y progresiva de tal forma que se logre enseñar al cuerpo que cuanto más largo se corre más rápido se hace.
Cada corredor debe de hacerlo con su ritmo básico habitual por lo que es una buena idea darle seguimiento a cada una de las carreras y los entrenamientos para ir evaluando: ¿Cómo te sientes? ¿qué tan rápido te has podido recuperar? ¿cuál ha sido tu ritmo promedio? y ¿la velocidad que has alcanzado a lo largo del camino?
El objetivo es sentir que las piernas están ligeras, sueltas evitar la presión y ajustarse al camino y gozar el trayecto.
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